¿Quieres conseguir una comunicación efectiva con la gente que te rodea? ¿Escuchas realmente cuando te hablan las otras personas?
La escucha activa es la base de una buena comunicación. ¿Quieres saber más? Te invito a leer este artículo.
La escucha activa consiste en prestar atención plena en lo que dice la otra persona. Significa escuchar atentamente, con empatía, tratando de ponerse en «los zapatos del otro» para poder entender su posición. No interrumpiendo mientras la otra persona está hablando. Y luego, le damos a entender nuestra postura.
La escucha activa es ponerse primero en el lugar del otro, de ver las cosas desde su punto de vista. Es quizá difícil de practicar, casi siempre pasamos más tiempo hablando que escuchando y creemos que las cosas sólo pueden ser de la manera en que nosotros las vemos y, la verdad, es que las cosas son dependiendo del cristal con que se miran.
Se requiere tremenda energía para comprender, para escuchar en lugar de hablar.
Habitualmente no escuchamos lo que nos están diciendo, sólo comparamos con nuestra propia realidad, con nuestra autobiografía por lo que damos como respuesta nuestros pensamientos, sentimientos, motivos e interpretaciones de nuestros paradigmas.
En el escuchar autobiográfico están:
- La evaluación: el estar de acuerdo o no con la situación.
- El sondeo: formular preguntas según nuestro marco de referencia.
- El consejo: sobre la base de nuestra propia experiencia.
- La interpretación: descifrar a alguien, explicar sus motivos, su conducta, sobre la base de nuestros propios motivos y conductas.
Para escuchar verdaderamente se necesita:
- Imitar el contenido: decir lo que el otro está diciendo con las mismas palabras.
- Parafrasear con el contenido: decir con las propias palabras lo que quiere expresar el otro.
- Reflejar sentimientos: saber el sentimiento que quiere expresar.
- Parafrasear el contenido con el sentimiento que refleja.
Como dice Steven Covey en el 5º hábito del libro “Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva”, procura primero comprender, para luego ser comprendido. Este hábito habla de la comunicación y la escucha. La mayoría de las personas desean ser comprendidas. Cuando se comprende a las personas, estas se relajan, se abren, bajan sus defensas. Tratar de comprender primero requiere gran cantidad de energía. La tendencia natural en la generalidad de las personas es dar recetas basadas en su propia autobiografía, proyectarse.
Por lo general escuchamos en uno de 4 niveles:
- Podemos estar ignorándola, no escucharla en absoluto.
- Escucha selectiva: oyendo sólo ciertas partes de la conversación.
- Escucha atenta: prestando atención y centrando toda nuestra energía en las palabras que se pronuncian.
- Escucha empática, ve las cosas a través de ese marco, ve el mundo como lo ve esa persona, comprende su paradigma, comprende lo que siente. Consiste en comprender profunda y completamente a la otra persona, tanto emocional como intelectualmente.
Escuchar de manera activa es la base de una comunicación efectiva.
Y tú, ¿te has planteado cómo escuchas?. Te invito a que lo hagas de manera activa y observes los resultados. Te sorprenderás. Y si quieres luego me lo cuentas. ¡Estaré encantada de escucharte!